lunes, 10 de junio de 2013

Salvo el saludo, que salvó el ayer.

Las tardes que no te salude!!!



Las recuerdo tanto, como el día de ayer.

Las baldosas en la calle  céntrica,
son testigo fiel,
de aquélla conducta.

Pasaron 5475, soles y  lunas.

Mi último ¼ de mí último ½   siglo;
con persianas cerradas, olvidaron aquellos focos de luces y sombras.

La habitación de mí  de existencia, una tarde de otoño dije hola,
sobre la ventana entreabierta,
el velo del tiempo se abrió ante mí,  
estabas ahí,
hola …